“..."Siendo ya anciano me di cuenta que ya sé la mayor parte de lo que hace falta para vivir una vida plena,
que no es tan complicado. Lo sé. Y lo he sabido desde hace mucho, muchísimo tiempo. Aquí está mi credo:
TODO LO QUE HAY QUE SABER sobre cómo vivir, qué hacer y cómo debo ser lo aprendí en el Jardín de Infantes.
La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la Universidad, sino allí, en el arenero. Éstas son las cosas que aprendí:
Compártelo todo.
Juega limpio.
No le pegues a la gente.
Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.
Limpia siempre lo que ensucies.
No te lleves lo que no es tuyo.
Pide perdón cuando lastimes a alguien.
Lávate las manos antes de comer.
Sonrójate.
Las galletitas calientes y la leche fría son buenas.
Vive una vida equilibrada.
Aprende algo y piensa en algo.
Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco.
Duerme la siesta todas las tardes.
Cuando salgas al mundo ten cuidado con el tránsito, tómate de las manos y no te alejes.
Permanece atento a lo maravilloso...
Recuerda la pequeña semilla en el vaso, las raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué, pero todos somos así.
Los peces de colores, los ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso, todos mueren y nosotros también ...
... Recuerdo una de las primeras palabras que me enseñaron, una muy grande: - MIRA.
Todo lo que necesitas saber está allí, en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política, la igualdad y la vida sana ...
... Piensa cuanto mejor sería el mundo si todos -todo el mundo- tomásemos galletitas con leche cada tarde a las tres y después nos acurrucásemos en nuestras mantas para dormir la siesta. O si todos los gobiernos tuviesen como política básica volver siempre a poner las cosas donde las encontraron y limpiar lo que ensuciaron...”
("Todo lo que hay que saber lo aprendí en el Jardín de Infantes", Robert Fulghum. 1990)
Acordando plenamente con lo manifestado por el autor citado, el Nivel Inicial del Colegio San Patricio ofrece a sus alumnos experiencias significativas de aprendizaje que promuevan una educación integral, atendiendo a la diversidad, en un ámbito familiar y contenedor, resaltando los valores cristianos.
Aspiramos a crear un espacio de encuentro que favorezca, en los niños, la construcción paulatina de una moral autónoma que se traducirá en el logro de su independencia y les permitirá desenvolverse en un rol protagónico con libertad, responsabilidad y seguridad, estableciendo vínculos afectivos con las personas que los rodean, respetando los derechos del otro y haciendo respetar los suyos, integrando así el pensamiento, el sentimiento y la acción, orientados por los valores y principios de una cosmovisión cristiana, priorizando la cultura del "ser" sobre la del "tener".
En el contacto diario con los objetos y materiales que están a su alcance, los guiaremos hacia el conocimiento y apropiación de los mismos. Procuraremos que cuiden y compartan sus pertenencias como así también las de los demás, haciendo hincapié en algo muy difícil pero importante en el presente: aprovechar los recursos que le brinda el medio, sin derrocharlos, con el propósito de que lleguen a entender la diferencia entre "necesidad" y "deseo".
Apelamos al desarrollo de la sensibilidad estética y de la creatividad, dentro de sus posibilidades, a través de la expresión de distintos tipos de lenguajes (oral, escrito, plástico, musical, corporal, tecnológico) para que aprendan a aceptar producciones y limitaciones, tanto propias como ajenas, teniendo al juego como eje metodológico transversal.
En esta etapa de crecimiento y madurez, realizaremos un trabajo complementario con las familias, favoreciendo el desarrollo de hábitos de orden, higiene y socialización, característicos de este nivel educativo.
Las crecientes demandas del mundo laboral hacia las competencias lingüísticas en lenguas extranjeras nos hace reflexionar acerca de la relevancia de la enseñanza de otro idioma, ya que permitirá a los alumnos, en un futuro mediato, una inserción en el mundo globalizado y les abrirá un abanico de oportunidades en el campo social, profesional y económico, por lo cual decidimos trabajar con el potencial de aprendizaje que traen los niños, desde temprana edad, practicando en forma simultánea el idioma español y el inglés.